Mito n.º 1: ¡No cargues a un niño o harás que se acostumbre!
Malas noticias para todas las abuelas, tías y vecinas: un niño ya está acostumbrado a que lo carguen cuando nace. El período de embarazo es un tiempo de balanceo al ritmo de los pasos de mamá. Los recién nacidos y los bebés pequeños todavía están convencidos de que ellos y mamá son una sola persona; al exigir cercanía, siguen su intuición y su experiencia previa.
Mito n.º 2: ¡Llevar a un bebé en un fular no es cómodo!
Un fular correctamente atado distribuye muy bien el peso del bebé y alivia la tensión en la columna vertebral, por lo que llevar a un bebé en el fular es mucho más cómodo que llevarlo en brazos. El cochecito es una solución cómoda, siempre que el niño lo acepte.
Mito n.º 3: ¡Llevar a un bebé en el fular le dañará la columna vertebral!
La posición correcta del bebé en el portabebés garantiza un posicionamiento ergonómico de todo el cuerpo del bebé y, como resultado, protege la columna vertebral: espalda redondeada, piernas flexionadas, cabeza pesada apoyada en el pecho del progenitor. También es un hecho que los estudios de E. Kirkilionis han demostrado que no existe correlación entre llevar a los bebés en posición vertical en fulares o portabebés y los defectos posturales y las curvaturas de la columna vertebral en niños mayores.
Mito n.º 4: ¡Un niño puede asfixiarse en un fular!
Los padres que portean suelen oír esta opinión porque los niños tienden a meter la nariz en el pecho del progenitor. Estudios publicados en 2002 en la revista "Pediatrics" confirman inequívocamente que el suministro de oxígeno de los niños porteados en el fular es idéntico al de los que van en cochecito.
Mito n.º 5: ¡Un fular es solo para niños que se sientan!
Esta es una opinión muy extendida, cuyo origen probablemente podamos encontrar en una época en la que los únicos portabebés disponibles eran los tristemente famosos portabebés rígidos. Hoy en día existen muchos portabebés de nueva generación, que son adecuados para llevar incluso a bebés muy pequeños, que aún no pueden sentarse sin ayuda, en una posición segura.